La localidad montañosa de Ruidoso, en el sur de Nuevo México, fue azotada por una inundación repentina de magnitud histórica, provocada por intensas lluvias monzónicas que cayeron sobre áreas previamente afectadas por incendios forestales durante la tarde del martes (8 de julio). Las autoridades confirmaron la muerte de un hombre de entre 40 y 50 años y dos niños de 4 y 7 años, quienes fueron arrastrados por las aguas del río Ruidoso.

El alcalde de Ruidoso, Lynn D. Crawford, expresó su pesar: "Nuestros corazones están rotos por las familias que han perdido a sus seres queridos en esta terrible tragedia. Todo el pueblo de Ruidoso extiende su más profundo pésame y compasión a estas familias en duelo durante este momento inimaginablemente difícil".

Las lluvias torrenciales provocaron que el río Ruidoso alcanzara una cresta provisional de 20.24 pies (6.16 metros), superando el récord anterior de 15,86 pies (4.83 metros) establecido en julio de 2024. Esta rápida subida del nivel del agua inundó calles, destruyó puentes y arrastró viviendas enteras río abajo. Una residente local, Kaitlyn Carpenter, relató haber visto una casa flotando con una puerta turquesa que reconoció como propiedad de la familia de una de sus mejores amigas. Afortunadamente, la familia no se encontraba en la vivienda en ese momento.

Los equipos de emergencia llevaron a cabo al menos 85 rescates en aguas rápidas, asistiendo a personas atrapadas en sus hogares y vehículos. La Guardia Nacional de Nuevo México desplegó soldados y vehículos tácticos para apoyar las operaciones de rescate y evacuación.

La gobernadora Michelle Lujan Grisham declaró el estado de emergencia en Ruidoso, asignando 750 mil dólares para apoyar los esfuerzos de recuperación. En su declaración, enfatizó la necesidad de apoyo federal: "Nuevo México está movilizando todos los recursos que tenemos, pero el pueblo de Ruidoso necesita apoyo federal para recuperarse de este desastre".

Las inundaciones ocurrieron en áreas previamente afectadas por los incendios forestales South Fork y Salt del verano de 2024, que destruyeron aproximadamente mil 400 viviendas y otras estructuras. La pérdida de vegetación y el cambio en la composición del suelo dejaron la región especialmente vulnerable a inundaciones repentinas. El meteorólogo Matt DeMaria del Servicio Meteorológico Nacional en Albuquerque explicó que las tormentas se formaron sobre terrenos afectados por incendios, donde el suelo no pudo absorber la lluvia, lo que provocó un rápido escurrimiento hacia el río.

Además de las víctimas mortales, se reportaron al menos tres personas hospitalizadas en condición estable. Las autoridades también informaron sobre deslizamientos de tierra y fugas de gas en viviendas dañadas o arrastradas por las aguas. Se establecieron tres refugios para las personas que no podían regresar a sus hogares. Este evento se produce pocos días después de que inundaciones repentinas en Texas causaran más de 100 muertes y dejaran a más de 160 personas desaparecidas, lo que subraya la creciente frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos en la región.

bm