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Orgo-Life the new way to the future Advertising by AdpathwayCada que inicia una tormenta tropical o un huracán es común que se identifiquen por nombres de personas como Otis, Gilbert o Patricia. Aunque podrían parecer elegidos al azar, la realidad es que existe un sistema internacional cuidadosamente estructurado para asignarlos.
¿Quién pone los nombres de las tormentas?
La Organización Meteorológica Mundial (OMM), es el organismo especializado de la ONU que coordina el monitoreo climático global.
Ellos aprueban con antelación listas de nombres que serán utilizados para designar tormentas y huracanes en cada región del planeta.
Dichas listas son elaboradas por comités regionales donde participan expertos de los países que suelen verse afectados por estos fenómenos naturales, como es el caso de México.
El objetivo es facilitar la identificación de cada sistema y mejorar la comunicación durante emergencias, en lugar de depender de términos técnicos o ubicaciones geográficas que podrían generar confusión.
¿Cómo es que le ponen nombre a los huracanes?
Un ciclón obtiene su nombre en el momento en que evoluciona a tormenta tropical, lo que ocurre cuando sus vientos sostenidos rebasan los 63 kilómetros por hora.
Antes de alcanzar esa fuerza, se le considera una depresión tropical. Una vez nombrado, se integra a la lista oficial de ese año, siguiendo un orden alfabético preestablecido.
Por ejemplo, los primeros nombres previstos para la temporada 2025 son:
- Pacífico: Alvin, Barbara, Cosme, Dalila, Erick, Flossie.
- Atlántico: Andrea, Barry, Chantal, Dexter, Erin, Fernand.
¿De dónde salen los nombres de los huracanes?
Las listas se construyen tomando en cuenta los idiomas predominantes en las zonas afectadas —principalmente español, inglés y francés— y alternan nombres masculinos y femeninos en orden alfabético.
Existen seis listas diferentes que se repiten cada seis años, a menos que algún nombre deba eliminarse por razones especiales.
Cada región oceánica cuenta con su propia serie de listas. Por ejemplo:
- Cuenca del Atlántico
- Pacífico Nororiental (afecta a México)
- Pacífico Norte Central (con cuatro listas que se turnan)
Este sistema permite mantener un orden claro y adaptado a cada región geográfica.
¿Se repiten nombres en la lista?
Cuando un huracán deja consecuencias devastadoras, su nombre se elimina del listado de forma definitiva, como medida de respeto hacia las víctimas y para evitar su reutilización en futuras temporadas.
La solicitud para retirarlo puede hacerla cualquier país afectado y debe ser validada por la OMM. Entre los nombres que han sido retirados están:
- Gilbert (1988)
- Pauline (1997)
- Andrew (1992)
- Patricia (2015)
- Otis (2023), tras causar graves daños en Acapulco
Cuando se elimina un nombre, se elige uno nuevo con la misma inicial como reemplazo. Por ejemplo, en 2014 México pidió retirar los nombres Ingrid y Manuel, que fueron sustituidos por Imelda y Mario.
¿Por qué los huracanes tienen nombre de personas?
El uso de nombres personales para huracanes tiene una larga historia. En el siglo XIX, era común en el Caribe nombrar a los ciclones según el santo del día en que ocurrían, dando origen a nombres como “Santa Ana” (1825) o “San Felipe” (1928).
El meteorólogo australiano Clement Wragge fue uno de los primeros en usar nombres propios de forma sistemática hacia finales del siglo XIX.
Comenzó con letras del alfabeto griego, pasó por nombres de la mitología y terminó usando nombres femeninos, e incluso de figuras políticas con las que no simpatizaba.
Esta práctica continuó hasta 1979, cuando se incorporaron también nombres masculinos para lograr un sistema más equitativo y moderno.
¿Por qué se les debe poner nombre?
Asignar nombres a los huracanes no es un detalle menor. Es una herramienta clave para la comunicación clara entre científicos, medios, autoridades y la población, especialmente en contextos de emergencia.
Cuando hay varias tormentas activas al mismo tiempo, resulta mucho más práctico hablar de “Erin” que decir “la tercera tormenta tropical del Atlántico”.
Los nombres ayudan a enfocar la cobertura mediática, emitir alertas de forma efectiva y minimizar confusiones, incluso entre distintos idiomas y culturas.
Si quieres saber cuál es la última tormenta, no te pierdas el siguiente video.