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Orgo-Life the new way to the future Advertising by AdpathwayRalph Kiner tiene una marca de cuadrangulares que ni Babe Ruth consiguió. El jardinero de los Piratas de Pittsburgh sumó siete temporadas consecutivas como El Rey del Jonrón, pero muchas generaciones de aficionados lo recuerdan más detrás de un micrófono, en las transmisiones de los Mets.
Antes de comenzar con su carrera en el beisbol profesional, Kiner cumplió con su servicio militar al participar en la Segunda Guerra Mundial como piloto de la Marina.
A los 23 años, con 1.88 metros de altura y 88 kilogramos de peso, realizó su debut en las Grandes Ligas y terminó como líder jonronero de la Liga Nacional con 23 bambinazos en 1946.
Al siguiente año pegó 51, luego fueron 40 para después imponer su récord personal con 54 vuelacercas en 1949.
El Forbes Field, entonces casa de los Piratas, era considerado un estadio favorable para los lanzadores por sus dimensiones. La directiva de los Piratas decidió recortar la distancia hacia los jardines al colocar la zona de bullpen, lo que benefició a Ralph Kiner y sus jonrones. La presencia de los aficionados aumentó y a la zona del jardín izquierdo se le conoció como Kiner Corner.
Kiner sumó siete temporadas como líder jonronero, lo que se mantiene como un récord en Grandes Ligas. En diez años nadie pegó más que él, en total fueron 369. Logró cinco temporadas con al menos 40 cuadrangulares y promedió más de 100 carreras producidas por temporada.
Ralph Kiner era de los beisbolistas mejor pagados, se daba el lujo de acompañar a la actriz Elizabeth Taylor en alguna premier y de jugar golf con el cantante Frank Sinatra.
Una recurrente lesión en la espalda afectó su rendimiento. Kiner, quien se casó con la exitosa tenista Nancy Chaffee, se retiró a los 32 años.
En su última aparición en la boleta como candidato para el Salón de la Fama, en 1975, ganó un lugar con dos votos por arriba del mínimo requerido.
Destacó como comentarista de los Mets, desde que el equipo nació en 1962.
Era reconocido como un narrador divertido, bien preparado y que sabía transmitir sus conocimientos en el beisbol. También se hizo famoso por su frases chuscas, como aquella de: “si Casey Stengel viviera, se revolcaría en su tumba” o la de: “en el Día del Padre, les deseamos feliz cumpleaños a todos”.
Ralph Kiner trabajó por más de 50 años como comentarista de los Mets hasta que enfrentó problemas de salud por la Parálisis de Bell, un trastorno de los nervios que controlan los movimientos de la cara y que comenzó a afectarle el habla.
Kiner murió a los 91 años en 2014. Aunque su nombre todavía genera debate si merecía un lugar en el Salón de la Fama, lo cierto es que tiene un lugar entre los mejores jonroneros de la historia.
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